Invierno, momento de temporales.
Hoy nos hemos levantado muy apenados por el destrozo que esta vez ha causado el temporal. El mar, como su naturaleza exige, nos arrebata lo que considera suyo, bien construido por el hombre, o simplemente suyo por derecho. Esta vez ha recuperado para sí lo que conocemos como La Aguja De La Gaviota en los Urros, en la costa de Cantabria.
Para nosotros, los componentes de Locuos, este era un lugar especial; el lugar donde empezamos a conocernos, a querernos y a querer nuestra costa y la belleza que nos ofrece para plasmar con nuestra cámara. Como si nos llamara una voz lejana, siempre volvíamos a los Urros. De hecho, varios de nuestros talleres se realizaron allí y, sin ir más lejos, la semana pasada estuvimos de prácticas de exterior con nuestros alumnos. Lo mirábamos con ese orgullo de decir: «Esto lo tenemos aquí, nuestro… A nuestra entera disposición».
Creo que estas rocas se formaron en el Cuaternario (¡casi nada!) y claro está, ya se decía que la erosión empezaba a dejar su huella.
Con nuestra percepción humana del tiempo, pensábamos que eso ocurriría dentro de cientos de años, pero no. Acaba de pasar. Un temporal, una ola, como miles de ellas que habrán azotado la costa durante millones de años, se ha llevado una roca que para muchos será un trozo de piedra, pero para nuestro blando corazón era una piedra angular de nuestra existencia como fotógrafos y observadores del paisaje.
Una gran pérdida. Miles de personas vienen de todas partes para fotografiar esta maravilla, y los que vivimos cerca no nos cansamos de mirarlo.
Nuestro skyline ya no será el mismo, nos falta una de esas grandes rocas.
Muy buenas, en especial la primera.
Saludos.
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Muchas Gracias, un saludo
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